Muchas veces pensamos que al llevar a cabo una sesión de brainstorming, mágicamente vamos a encontrar la solución al problema que queremos resolver dentro de nuestra estrategia de comunicación. Pero, cuando llegamos a esa sesión, nuestra mente está en blanco, tenemos un bloqueo creativo que nos genera frustración y decepción.

Hemos crecido con la idea arraigada de que debemos seguir un patrón para cumplir actividades o resolver problemas, alejándonos de nuevos caminos para pensar. Debemos buscar soluciones reales, factibles, aterrizadas… Las famosas ”buenas ideas”. Para separarnos de este sesgo que hemos adquirido, y aventurarnos a encontrar nuevas perspectivas, en lugar de perseguir a las ideas doradas como soluciones al problema, probemos imaginar formas en que puedan empeorar el problema. 
Comienza a practicar el: Evil Brainstorming.

 

¿Qué es el Evil Brainstorming?

El evil brainstorming es una técnica de creatividad que consiste en idear la solución más absurda, ingenua e inadecuada para empeorar aún más el problema del usuario. El objetivo es generar ideas disruptivas, originales y fuera de lo común, que luego se pueden transformar en soluciones innovadoras.

 

Ventajas del Evil Brainstorming.

  • Nos quita la presión de encontrar una idea brillante, pues no necesitamos buenas ideas, al contrario, entre peor sea la idea, mejor.
  • Genera ejercicios de ideación ligeros y divertidos.
  • Estimula la imaginación, pues nos motiva a pensar en escenarios extremos, completamente fuera de lo común.
  • Fomenta la disrupción, porque generamos ideas que rompen el status quo y ofrecen nuevas formas de crear valor.

 

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Tras conocer las ventajas de practicar este ejercicio, podemos notar que, si analizas todas las malas ideas, encontrarás ideas sorprendentes que de otra manera nunca habrías descubierto. Ideas que, por supuesto, puedes utilizar para diseñar soluciones útiles.

 

4 Pasos para llevar a cabo una sesión de Evil Brainstorming.

  1. Informa a los participantes sobre el objetivo de la sesión. Asegúrate de que no haya confusiones sobre la pregunta central.
  2. Genera la mayor cantidad posible de malas ideas y asegúrate de que todos los participantes contribuyan. Ninguna idea está fuera de límites. 
  3. Lista todas las malas ideas y describe por cada idea qué es lo que la convierte en una idea tan terrible.
  4. Busca formas de aprovechar estas ideas a tu favor. ¿Puedes invertir los elementos que hacen que una idea sea mala? ¿O podrías reemplazar los elementos malos por algo diferente?

Para ilustrar este proceso, consideremos un ejemplo. Supongamos que queremos desarrollar un nuevo snack para niños, en una sesión de evil brainstorming obtendremos ideas como:

  • Que los snacks no vengan empacados en porciones, entonces es imposible porcionar. 
  • Un snack que cada que lo muerdes, explota y llena de caramelo todo a su alrededor, dejando un desastre inmenso.
  • Snacks “ligeros” que por más que comes y comes, no te dan una sensación de saciedad ni te aportan ningún valor nutricional, pero que saben muy ricos.

Ahora que ya sabemos cómo sería el PEOR SNACK PARA NIÑOS, podemos transformar estas malas ideas en inspiración para soluciones innovadoras en el desarrollo del producto.

De esta forma, el evil brainstorming nos ayuda a innovar de forma diferente y divertida. Te invitamos a probarlo y a no temerle a las malas ideas, ya que con un pequeño cambio de enfoque, pueden resultar en grandes soluciones.
¿Te animas a hacer el mal para hacer el bien?