Una de mis grandes pasiones es la creación de nuevos proyectos o negocios y afortunadamente, he tenido varias experiencias a lo largo de mi vida.
Recuerdo una frase que me dijeron cuando estudiaba la maestría de negocios: “Lo más importante es tomar acción y empezar tu negocio”. Cuántas veces nos ha pasado que nos quedamos pensando en ideas y no avanzamos de esa fase. Es como dicen, la diferencia entre los soñadores y los exitosos es, que los segundos saben dividir su esfuerzo en 1% ideas y 99% ejecución.
Eso me lleva a pensar que lo primero que tienes que hacer, es llevar tu idea a la realidad. Y con esto, no creas que tienes que gastar millones; lo más importante es empezar. Como primer paso, lo fundamental es poner a prueba tu hipótesis. Pero, para llegar a ese punto, debes de conocer la industria y aún más, conocer a los usuarios a quienes diriges tu propuesta de valor.
Entonces, antes del business plan, es necesario conocer el “pain point” o dolor de los usuarios que se desea atender, y validar si nuestra idea de negocios es capaz de resolver esta condición para ellos.
Para conocer realmente a los usuarios, te recomiendo aplicar alguna metodología de diseño, como Design Thinking. Esta metodología nos dice que salgamos al mundo real y hagamos ejercicios de observación, entrevistas, benchmarks, conozcamos nuestra competencia y todo lo que podamos con el fin de conocer a nuestros usuarios. Hay que conocer qué hay en el mercado, lo que están haciendo los demás y lo que la gente piensa. Con toda esta investigación, podremos identificar patrones, obtener hallazgos y un punto de partida claro. Este análisis reducirá la curva de aprendizaje de nuestro negocio y los errores al salir al mercado.
Cabe mencionar que hasta este punto, aún no ha llegado el momento de hacer análisis financieros. Antes de eso, es momento de idear de forma grupal. Puedes arrancar este proceso en una sesión con algunas personas con perfiles distintos. De esta forma, aseguramos un resultado enriquecedor, ya que existen puntos de vista muy diferenciados con sus respectivas perspectivas. En esta ocasión, no es la intención detenernos en el proceso de ideación, categorización y selección de ideas (que bien merece su propio artículo).
Ahora sí, con un concepto ganador, es momento de articular un modelo de negocio de forma general; para esto, te recomiendo usar el formato conocido como ‘business model canvas’, antes de diseñar una prueba.
La prueba o prototipo debe de ser con usuarios potenciales o con clientes de ese servicio o producto, en un grupo limitado. La idea es que exista una crítica constructiva sobre nuestro servicio o producto antes de comprometernos con todas sus variables. De este proceso, es prácticamente seguro que surgirán cambios y mejoras. Por eso, es importante estar abiertos a la retroalimentación de los participantes. Recuerda que es muy importante evitar caer en el error de 'diseñar tu prototipo o prueba para darte la razón' (a veces lo hacemos hasta de forma inconsciente). Recuerda: ¡lo que quieres es aprender! Esto es, aprender a tiempo. No te preocupes si empezaste con un concepto y saliste con uno completamente diferente. Lo importante es tener un concepto centrado en lo que quiere el usuario.
Ahora sí, después de la prueba, tu plan de negocios necesitará un análisis financiero. Recuerda que los negocios tienen que ser rentables siempre, y si le vas a invertir una buena parte de tu tiempo, busca la factibilidad de ellos. Para eso te comparto un consejo: Cash is King; no hay cosa más importante que tener dinero en la caja del negocio. Mientras hagas tu prueba pregúntate una y otra vez: ¿La gente está dispuesta a pagar por esta propuesta de valor?
Como conclusión: no te quedes en el mundo de las ideas y empieza tu idea de negocio poniéndola a prueba. Sal y conoce a tus usuarios y sus necesidades. Arremángate, y permite que ellos reten tu manera de pensar. La ejecución es lo más importante, siempre.
A continuación, te comparto algunos recursos relacionados que pueden apoyarte en esta aventura:
Profit First – Mike Michalowicz (La importancia de la rentabilidad)
SPRINT – Jake Knapp (Design thinking en acción)