​​Marketing.

Ese departamento/actividad/activo/individuo o monstruo (según sea el caso) del que todos hablan, todos ofrecen una interpretación pero muy pocos pueden sacar provecho.

Para algunos el marketing es igual a publicidad, para otros es creatividad enfocada en ventas, incluso se ha mencionado que el marketing es un invento para venderle algo a alguien. Otros creemos que es mucho más que eso.

En una época en la que los usuarios (o consumidor, cómo le quieras decir) son más exigentes, cualquier cosa que se asemeje a un “comercial”, corre el riesgo de ser rechazado de inmediato. Entonces, ¿cómo es que podemos hablar de que la gente no quiere anuncios, pero nos encanta reconocer el trabajo de marketing de algo muy bien hecho?

Es fácil de decir, pero no de tener. Una estrategia creativa es lo que hace la receta secreta. Es un “must-have” en las empresas pero que no tiene una forma estandarizada. Y es que la creatividad viene en muchas formas y se crea sin un plan puntual. Una estrategia creativa es la parte de la planificación de las campañas de promoción, publicidad y comercialización en dónde se crea el cómo de la transmisión de los mensajes.

Pero no nos adelantemos. Esto no es de escoger “una buena frase”. En realidad, juegan muchas partes al mismo tiempo y el “copy creativo” es tan sólo una de ellas. Pero en lugar de compartir tan sólo recetas y formas, compartiremos tres ingredientes que no deben de faltar a la hora de hacer una estrategia creativa.

Secrestos-del-marketing-estrategia-creativa-publicidad-consumidor

 

Ingrediente #1 –

Segmentación: no puedes ser todo par todos.

Una estrategia creativa no es para todos, es para un grupo selecto de personas únicas. ¿Qué significa esto? Que aunque cualquiera persona pueda hacer uso de nuestro servicio o de consumir nuestro producto, no le podemos apuntar a todos. Lo que es todos, es de nadie. Encuentra el segmento. Busca a ese “buyer persona” y haz un esfuerzo por entenderlo. Si tienes acceso a herramientas de data digital o de segmentación, es aún mejor.


Ingrediente #2—

Autenticidad: habla en su idioma, sin fingir.

Si trabajas en el Secreto #1, te darás cuenta que hay cientos, miles o millones como esa persona y que para hablarles, tendrás que escoger códigos, mensajes, plataformas y momentos especiales para ellos. No es tirar con una escopeta, es usar una mira muy precisa. El lenguaje es muy rico y todos tenemos una forma de comunicarnos. Encuentra ese espacio que te conecta con personas que tienen intereses similares. No los imites, empatiza.


Ingrediente #3—

Enfoque: El que mucho abarca, poco aprieta

Frase trillada sin dejar de ser real. Hoy vemos en las redes sociales, plataformas de gran alcance que nos hace pensar que invertir en otros medios es un gasto sin control. Hay que retomar los otros dos secretos antes de tomar una decisión. Si entendemos a nuestra persona, entenderemos que las plataformas que realmente consulta cumplen un objetivo. En este punto hay que hacer un verdadero ejercicio para entender estos comportamientos para planear la frecuencia, los medios, el presupuesto y el período o temporalidad para comunicar el mensaje.

 

Ahora sí, después de conocer o redescubrir estos ingredientes, estamos un paso más cerca de una estrategia creativa bien apuntada. Y todo empieza con la idea (o en su mejor caso, una lluvia de miles y otras técnicas de inspiración para generar buenas ideas). 

Tenemos que transmitir un mensaje de la mejor forma. Alguien lo tiene que interpretar así que la empatía juega un gran rol. La imaginación es nuestra amiga. No bloquees ninguna idea. Deja que fluya el trabajo. Todo se puede corregir, retrabajar y mejorar, pero ahora no es el momento. 

Utiliza la metodología o proceso que mejor te sienta cómo mapas conceptuales, algún canvas o un esquema que se te haga fácil de seguir. Porque al momento de escoger una idea para perseguir, hay que transformarla en un plan, en diferentes pasos, materiales y entregables que un equipo creativo ejecutará.

Si bien, hace falta el trabajo creativo, ya pasaste la batuta a los expertos. El trabajo estratégico que realizaste está bien encaminado o por lo menos, tiene los “suficientes ingredientes” para de ahí preparar un platillo creativo que se convertirá en un concepto de marca.