Muchas veces pensamos que al llevar a cabo una sesión de brainstorming, mágicamente vamos a encontrar la solución al problema que queremos resolver dentro de nuestra estrategia de comunicación. Pero, cuando llegamos a esa sesión, nuestra mente está en blanco, tenemos un bloqueo creativo que nos genera frustración y decepción.
Hemos crecido con la idea arraigada de que debemos seguir un patrón para cumplir actividades o resolver problemas, alejándonos de nuevos caminos para pensar. Debemos buscar soluciones reales, factibles, aterrizadas… Las famosas ”buenas ideas”. Para separarnos de este sesgo que hemos adquirido, y aventurarnos a encontrar nuevas perspectivas, en lugar de perseguir a las ideas doradas como soluciones al problema, probemos imaginar formas en que puedan empeorar el problema.
Comienza a practicar el: Evil Brainstorming.
El evil brainstorming es una técnica de creatividad que consiste en idear la solución más absurda, ingenua e inadecuada para empeorar aún más el problema del usuario. El objetivo es generar ideas disruptivas, originales y fuera de lo común, que luego se pueden transformar en soluciones innovadoras.
Tras conocer las ventajas de practicar este ejercicio, podemos notar que, si analizas todas las malas ideas, encontrarás ideas sorprendentes que de otra manera nunca habrías descubierto. Ideas que, por supuesto, puedes utilizar para diseñar soluciones útiles.
Para ilustrar este proceso, consideremos un ejemplo. Supongamos que queremos desarrollar un nuevo snack para niños, en una sesión de evil brainstorming obtendremos ideas como:
Ahora que ya sabemos cómo sería el PEOR SNACK PARA NIÑOS, podemos transformar estas malas ideas en inspiración para soluciones innovadoras en el desarrollo del producto.
De esta forma, el evil brainstorming nos ayuda a innovar de forma diferente y divertida. Te invitamos a probarlo y a no temerle a las malas ideas, ya que con un pequeño cambio de enfoque, pueden resultar en grandes soluciones.
¿Te animas a hacer el mal para hacer el bien?