Homo Sapiens, es un término proveniente del latín cuyo significado es “hombre sabio”. Y, aunque puede ser muy cuestionable que los humanos actuemos con sabiduría, es evidente que su búsqueda ha sido una meta histórica para nuestra especie.

Hemos podido analizar el comportamiento humano a lo largo de nuestro proceso evolutivo y, siguiendo la idea de Josh Kaufman en su libro 'The Personal MBA' (2020), logramos identificar que los principales impulsores del ser humano son: adquirir, formar vínculos, aprender, defender y sentir. Estas cinco necesidades básicas han formado la percepción que tenemos de nuestra humanidad y nuestro planeta.

A lo largo de nuestra historia, hemos hecho posibles avances que hoy percibimos como parte de un estilo de vida normal. Pero, lo que mueve a nuestra especie continúa siendo predominantemente una mezcla de nuestros impulsos, nuestra curiosidad y nuestra voluntad de evolucionar. Y nuestra economía, es producto de nuestra coexistencia, y se sustenta por el deseo de hacer la vida más sencilla. En nuestro gran mundo, estos impulsos han trascendido al punto de convertirse en industrias; tenemos industrias comerciales que empatan con la necesidad de adquirir. Estudiamos y viajamos porque queremos aprender de otras culturas y entender cómo es la vida en otros países; formamos amistades y nos comunicamos por diferentes medios por la necesidad que tenemos de crear vínculos; compramos seguros de vida y alarmas para nuestros hogares por este instinto natural de querer proteger y defendernos a nosotros y a los nuestros; disfrutamos de nuestra música, películas e historias por esta necesidad que tenemos de sentir y sobre todo de sentirnos vivos.

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Cada vez tenemos más consciencia de que nuestra economía es un reflejo del comportamiento humano, que no ha cambiado al mismo ritmo que los cambios culturales o tecnológicos. Por eso, las marcas cada vez voltean a ver con mayor detalle a las verdaderas motivaciones de los usuarios

En Wild, hemos querido acercar data conseguida directamente de los usuarios de nuestras marcas para crear valor y no solamente comunicarlo. Para lograrlo, usamos metodologías de diseño ‘human-centered’. Debemos entender que el verdadero valor agregado existe en la convergencia de la experiencia de usuario con la promesa de la marca o negocio, pues ambas propician una percepción de valor y crean un sentido de afiliación y de lealtad genuina.  En Wild, creemos que la palabra innovación no es una elegante, exclusiva ni compleja. Innovación para nosotros significa ‘buscar perspectivas alternas que generen nuevas formas de valor para las personas.’ Y eso, se puede lograr de muchas formas, mientras tengamos al centro la inevitable naturaleza humana.